Hacé un esfuerzo y tratá de encontrarle el Lado B a la cuarentena.
El Lado A con su encierro, penurias, cansancio y monotonía ya lo conocemos todos más que bien.
Mirá las cosas lindas, placenteras, que ocurren a tu alrededor a raíz de todo esto. Las reacciones de los chicos que te permiten conocerlos mejor, ese dibujo que tuviste tiempo de mirar y re mirar y comentarlo con tu hijo y preguntarle por los colores y detalles, esa receta que reflotaste y les copó. El momento en que tu pareja sacó a relucir sus habilidades culinarias y los sorprendió a todos...la charla postergada con alguien querido, el encanto de la noche estrellada desde la ventana. Esa foto olvidada en el carrete que pudiste mirar y observar...
Trata de mirar solo lo positivo por un momento, rescatando lo pequeño, aquello que hubiese pasado inadvertido en la vorágine diaria.
Mirate a vos misma y pensa en todas las habilidades positivas y todos los recursos personales que pusiste y que ponés en juego. Felicitate por tu capacidad de "pulpo", de abarcar simultáneamente tanto y tan diverso.
Hace el esfuerzo y escapate de lo que todos sabemos y nos preocupa. A mí, hacerlo, me cambia el humor.
Recorda que, después de todo, lo que más ayuda y enriquece a un hijo es el vínculo armonioso con sus padres y que con mal humor y ambiente pesado, ese vínculo se enrarece y desvirtua.
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